Según la página WEB del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), los esfuerzos formales de Planificación de la Economía datan del año 1956 con la creación del Departamento de Planificación dentro del Despacho de la Presidencia, pasando en 1959 a ser la Dirección General de Planificación y Administración de la Presidencia y posteriormente el 28 de febrero de 1973 se crea el Ministerio de Planificación y Política Económica con el objetivo de “ser una entidad planificadora, coordinadora y orientadora del desarrollo económico y social del país…” El llamado MIPPE realizó importantes aportes hasta que desaparece dentro del marco del tristemente célebre “Consenso de Washington”, que propugnaba el libre mercado y la eliminación de toda restricción al libre comercio. Con la creación del MEF en 1998 se adopta un enfoque de programación de la gestión financiera y presupuestaria del Estado a corto plazo. Ante el fracaso de este nuevo enfoque “programador” de la economía se intensifican los llamados a retomar la acción de planificación de las acciones del Estado. Atendiendo estos reclamos, el Gobierno Nacional establece en el Plan Estratégico de Gobierno 2019 – 2024, la acción prioritaria de “crear el nuevo instituto de Planificación para el Desarrollo adscrito a la Presidencia de la República” señalando que era necesario debido a que “la planificación, como instrumento de desarrollo del país fue descuidada”. Este señalamiento del PEG, olvida que el grupo político que regenta el actual gobierno, es el mismo que eliminó el MIPPE. La planificación de una economía atiende al hecho que, en un sistema capitalista libre de restricción de movilización de factores de producción, estos se ubicarán en los espacios donde obtengan los mejores rendimientos sin considerar la suerte del resto del del país. En este contexto, podemos observar que las provincias ubicadas en la región Metropolitana, Panamá, Colón y Panamá Oeste, generaron el 85.7 % del PIB promedio de los últimos seis años, en tanto que el resto del país, sólo generó el 14.3 % restante, en tanto que los habitantes de la zona de tránsito han registrado un PIB Per Cápita promedio de $13,456.3 y en el interior sus habitantes sólo han tenido un PIB Per Cápita promedio de $3,501.1. Atendiendo la necesidad de contar con un plan que oriente y guíe la acción económica del Estado, el Gobierno Nacional crea el Instituto de Planificación para el Desarrollo. A pesar que cumple la promesa de crear este Instituto, se establece un cambio radical y se adscribe el mismo al MEF. Nuestra opinión al respecto es que se debió crear un Vice Ministerio de Planificación dentro del MEF, de manera que se pudieran aprovechar las direcciones y departamentos existentes sin necesidad de crear un nuevo ente sin ningún tipo de estructura orgánica definida. Se establece que para ser director general y subdirector se debe tener título universitario en Economía como correctamente debe ser, pero además se abre el paraguas para que una gran cantidad de profesiones adicionales que no guardan relación alguna ni en su preparación ni en el ejercicio profesional con aspectos relacionados al análisis económico, puedan optar por el cargo de director del Instituto. Esta situación confirma las aprehensiones sobre el hecho que en vez de encargar esta responsabilidad de planificación económica  a un especialista como se establece en la Ley que regula el ejercicio de la profesión de economista en Panamá, se pretende finalmente buscar o el favorecimiento político o la recompensa a alguien que le hizo un favor o trabajo especial al Gobierno Nacional, sin importar ni el cumplimiento de la ley ni que tenga lo que se requiere para esta posición tan importante. Finalmente, es importante señalar que lo que todos los que reclamaban la creación del Instituto de Planificación, esperaban que el mismo generara planes, sin embargo, a lo largo del decreto Ejecutivo se menciona seis (6) veces el concepto estrategia nacional de desarrollo  y en ninguna ocasión se menciona que se vaya a generar ningún plan nacional de desarrollo  ni de ninguna naturaleza, desconociendo que dentro del proceso de planificación, la definición de la estrategia es sólo una etapa que define el “como” se van a satisfacer las necesidades identificadas, pero los que verdaderamente han de cumplir esta satisfacción, son los proyectos específicos que constituyen el producto final del plan. Consideramos que esta oportunidad de cumplir con una responsabilidad y promesa tan importante para el Gobierno Nacional, ha sido desaprovechada por presentar un decreto que en cuya elaboración evidentemente no participaron verdaderos expertos en Planificación y por lo tanto ha creado un instituto que no estará en capacidad de generar los planes de desarrollo  anhelados por todos, para guiar nuestro quehacer económico con “luces largas” como dijera el general Omar Torrijos.